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El arquitecto, Omar Corredor, quien adelanta varias obras de construcción, señala que la oficina de Planeación se quedó estancada en comparación con la expansión que ha tenido Duitama en los últimos años.
Este contraste, advierte ha derivado en que los ciudadanos, en las zonas que están congeladas por un anacrónico POT, Plan de Ordenamiento Territorial, edifiquen en la ilegalidad sin licencias de construcción.
Comenta que se perdió desde hace tiempo en control urbanístico porque con o sin licencia la gente necesita tener una vivienda.
Por ejemplo, en diferentes zonas rurales, antes había latifundios y ahora son pequeñas parcelas en donde la gente construye por elemental necesidad dado que municipio también se quedó atrasado en proyectos de interés social.
De otro lado, reconviene a la Secretaria de Salud que llegó a sellarle una obra de 200 metros cuadrados en donde estaban trabajando tres obreros que se quedaron sin sustento para llevarles a sus familias.
“En 200 metros, hay mucho espacio y me exigen que cumpla con 72 puntos o requisitos. Se trabaja con lo elemental como en otras obras: la aplicación de gel anti bacterial, distanciamiento, limpieza de botas y uso de tapabocas, los casilleros de los obreros y los overoles y nos exigen otras cosas que no son relevantes para continuar con la obra”, recalcó, el arquitecto y empresario.
Anota que el municipio no es que dé el mejor ejemplo en relación con los estándares de bio seguridad, pues pasaron más de 60 días desde que inició la pandemia para que los aplicaran en la entrada del edificio administrativo.
Analistas arguyen que el municipio maneja una doble moral en relación con la reactivación de la construcción y la generación de empleo, poniendo trabas para se reactive la economía local.